Buenos días,

Leyendo la parábola de la gran cena en Lucas 14:15-24 en la que un hombre hizo una gran cena invitando a muchos, pero al ver que todos ponían excusas para acudir, se vio obligado a invitar a cojos, ciegos…que andaban por la calle, vino a mi mente la siguiente reflexión. Esta parábola hace referencia a tiempos escatológicos, a estar o no con Dios en la eternidad, pero yo me quiero centrar en las excusas que pusieron los primeros invitados: tener una hacienda (finca) que debe ir a ver, unas nuevas yuntas de bueyes que tienen que probarse, haberse casado…son las que se mencionan…

El problema no es tener una segunda residencia e ir a ella, tener nuevas adquisiciones sean del tipo que sean, o casarse… ¡qué maravilla cualquiera de las tres 😃!, sino amar y anteponer estas cosas antes que a Dios.

¿Tienes una segunda residencia? Dale gracias a Dios por ella y úsala para bendecir, disfrutarla con las personas que quieres y con generosidad; ¿Cuál es tu última adquisición? Sea cual sea, que sea para bien y no para mal; ¿Tienes en mente a un chico o una chica con quien te gustaría mantener una relación de noviazgo? Busca como su primera característica que tú seas su segunda opción 💔… que de quien esté enamorad@ en primer lugar sea de Jesús 💖.

El problema no reside en las cosas que tienes o tendrás, sino en el valor y en el amor que les profesas o profesarás. Disfruta a tope lo que Dios te permita disponer, pero que siempre se halle por detrás de Dios en tus prioridades. 💪 💪

¿Qué valor le das a las cosas? ¿De qué manera las vas a utilizar para bien?

15 Al oír esto, uno de los que estaban sentados a la mesa dijo a Jesús:

— ¡Feliz aquel que sea invitado a comer en el reino de Dios!

16 Jesús le contestó:

— Una vez, un hombre dio una gran cena e invitó a muchos. 17 Cuando llegó el día de la cena, envió a su criado para que dijera a los invitados: “Venid, que ya está todo preparado”. 18 Pero todos ellos, uno por uno, comenzaron a excusarse. El primero dijo: “He comprado unas tierras y tengo que ir a verlas. Discúlpame, por favor”. 19 Otro dijo: “Acabo de comprar cinco yuntas de bueyes y tengo que ir a probarlas. Discúlpame, por favor”. 20 El siguiente dijo: “No puedo ir, porque acabo de casarme”. 21 El criado volvió a casa y refirió a su señor lo que había ocurrido. Entonces el dueño de la casa, muy enojado, ordenó a su criado: “Sal en seguida por las plazas y las calles de la ciudad y trae aquí a los pobres, los inválidos, los ciegos y los cojos”. 22 El criado volvió y le dijo: “Señor, he hecho lo que me ordenaste y aún quedan lugares vacíos”. 23 El señor le contestó: “Pues sal por los caminos y veredas y haz entrar a otros hasta que mi casa se llene. 24 Porque os digo que ninguno de los que estaban invitados llegará a probar mi cena”.