DAVID FERNÁNDEZ CARRIÓN

David (1977) está casado con Laura desde el 2005. Tienen dos hijas, Sara y Lucía, y viven en su ciudad natal Vitoria-Gasteiz.

Es Trabajador Social y en la actualidad está realizando Formación Teológica a Distancia en la Facultad Protestante de Teología UEBE. 

Tiene una larga experiencia profesional con familias en el ámbito de los servicios sociales, y colabora con el grupo de adolescentes de la IEB de Vizcaya

ENLACES DE INTERÉS

RESEÑA DE EDUARDO RODRÍGUEZ

El primer año de pandemia ha representado una prueba de fe para muchos cristianos pero de manera especial lo ha sido para los adolescentes y jóvenes de nuestras iglesias. Por un lado se vieron privados de ejercicio físico y las relaciones sociales, tan necesarias para su desarrollo, pero por otro lado fueron testigos de un obrar de Dios sin precedentes que necesitaba explicación. 

Las reflexiones de David Fernández Carrión compartidas con los adolescentes y jóvenes de la IEB Vizcaya a través del grupo de WhatsApp durante ese difícil periodo representaron una excelente ayuda espiritual para ellos manteniéndolos unidos y con esperanza. 

Este libro está basado en esas reflexiones y representa un valioso testimonio de cómo Dios provee ayuda en momentos difíciles a una generación que experimenta nuevas circunstancias y retos espirituales. 

El propósito del autor con este trabajo es despertar la percepción en los adolescentes y jóvenes de que Dios siempre está obrando alrededor de ellos en todo tipo de circunstancias y con una buena intención. 

La experiencia del autor como creyente y también padre, unido a su cualificación profesional y vocación pastoral, convierten a esta obra en un recurso muy recomendable para pastores y padres en la tarea de transmitir nuestra fe a los adolescentes y jóvenes de nuestras iglesias. 

Eduardo Rodríguez, pastor de la Iglesia Evangélica Bautista de Vizcaya 

CONTACTO

    ¡GRACIAS!

    A Laura, mi mujer y mejor amiga, por su gran ayuda en este libro y por hacer del mismo un proyecto familiar. 

    A mis hijas Sara y Lucía, por su interés continuo en este trabajo y sus sinceros y sabios consejos en el diseño del libro. 

    A Eduardo Rodríguez, por su confianza en mí y por su asesoramiento, y acompañamiento espiritual y personal. 

    A Mikel Alcalde y es que no hay nada mejor que compartir el ministerio de adolescentes con un verdadero amigo. Gracias por estar siempre ahí. 

    A tod@s y cada un@ de l@s jóvenes y adolescentes con l@s que pude trabajar y aprender en ese primer año de pandemia. 

    A Imma García, por ser la primera persona que creyó en este proyecto y me animó a recoger en un libro las reflexiones que enviaba por WhatsApp. 

    A Priscila Fernández, por sus siempre sabias palabras y sabios consejos. 

    A Javy Santos del Hoyo por su asesoramiento e implicación profesional y personal para que este libro sea una realidad. 

    A Andamio Editorial por haberme dado la oportunidad de hacer posible este proyecto. 

    Y sobre todo, a Dios, por ser mi guía y sustento y capacitarme para su obra.