¡Buenos días!

Hoy quiero reflexionar sobre nuestros miedos. Y lo hago porque sé que hay momentos en los que decaemos cuando realmente tenemos miedo. Miedo a la
enfermedad, a no sentirnos amados, al futuro…

El miedo es un sentimiento humano y es normal que lo tengamos. Los propios discípulos lo tuvieron cuando en medio del mar de Galilea se levantó una tempestad. En Mateo 8:25, quedan reflejadas sus palabras: ¡Señor,
sálvanos! ¡vamos a morir!

Si los discípulos tuvieron miedo estando físicamente al lado de Jesús, créete con el derecho de sentirlo tú también en cualquier circunstancia.

Pero Jesús, con dos palabras, silencio y cállate, dominó los vientos. Ese es mi Jesús y tu Jesús. La fe es fe, es creer y confiar, es esperar en Dios. Pero tenemos detalles como los vistos hoy que nos muestran quién es el Dios en el que depositamos nuestra fe.

¿No te parece ilusionante?

¡Que tengas un gran día! 💪 💪

¿Cómo se ha mostrado Dios en medio de tu debilidad?
¿Cómo pones toda tu fe en Dios?

²³ Subió Jesús a una barca acompañado de sus discípulos, ²⁴ cuando de pronto se levantó en el lago una tempestad tan violenta que las olas cubrían la barca. Pero Jesús se había quedado dormido. ²⁵ Los discípulos se acercaron a él y lo despertaron, diciendo: — ¡Señor, sálvanos! ¡Estamos a punto de perecer! ²⁶ Jesús les dijo: — ¿A qué viene ese miedo? ¿Por qué es tan débil vuestra fe? Entonces se levantó, increpó a los vientos y al lago y todo quedó en calma. ²⁷ Y los discípulos se preguntaban asombrados: — ¿Quién es este, que hasta los vientos y el lago le obedecen?